Madrid, 1981. Con solo catorce años se matricula en la escuela de interpretación de Cristina Rota. Las series Nada es para siempre y Al salir de clase, le sirven de trampolín para interpretar uno de los papeles protagonistas en Frío sol de Invierno (2004), de Pablo Malo. Le siguen Heroína (2005), de Gerardo Herrero, Días Azules (2006), de Miguel Santesmases,  Tu vida en 65' (2006), de María Ripoll o No tengas miedo (2011), de Montxo Armendáriz, pero el reconocimiento le llega con Stockholm (2013), de Rodrigo Sorogoyen, que le vale el Goya al Mejor Actor Revelación. Que Dios nos perdone (2016), también de Rodrigo Sorogoyen, supone su segunda nominación a los Goya.